viernes, 31 de julio de 2009

Dr, Sheehan. Corredor filosofo

"¿Quien soy? Déme una mirada.


Soy un corredor. Años atrás, esta afirmación habría significado para mí poco más que la elección accidental de un deporte. Una actividad con que llenar parte de mi tiempo libre elegida por una razón tan superficial como la actividad en sí.

Ahora estoy más entrenado. El corredor corre, no porque es demasiado delgado para el rugby, porque no tiene la suficiente habilidad para hacer pasar una pelota a través de aro o porque no puede acertar con el bate a una pelota.

Corre porque tiene que correr. Porque siendo un corredor, avanzando a través del dolor, del sufrimiento y la fatiga, al imponerse un esfuerzo tras otro, al eliminarlo todo excepto lo necesario para la vida, se realiza a si mismo y se convierte en la persona que es.

He abandonado muchas cosas en este proceso de transformación. Ninguna fue un sacrificio. Cuando algo se hizo claramente prescindible, no hubo problema en pasarme sin ello. Y cuando algo se hizo claramente esencial, no hubo problema en aceptarlo junto con todo lo que representara.

Desde fuera este mundo del corredor no parece natural. El cuerpo, castigado; los apetitos, negados; las satisfacciones, diferidas; las motivaciones que impulsan a muchos hombres, ignoradas.

Veo esta simplicidad como mi perfección. No obstante, a los ojos de mis observadores la imagen es completamente distinta. Mi éxito en apartarme de las cosas y de la gente, de las ambiciones y deseos corrientes, es visto como descuido y desinterés, como prueba de desapego y de deseo de no comprometerme ni colaborar.

Que le vamos a hacer....Una más amplia visión del mundo podría incluir la posibilidad de que tales personas son necesarias. Que el corredor que arde solo con una llama en una carretera solitaria se comprometiera y colaborara. Y mientras que un mundo compuesto únicamente por corredores sería impracticable, no se podría vivir en un mundo desprovisto de ellos".

jueves, 23 de julio de 2009

¿Mejor golpe de la historia?